La limpieza de los grafitis le cuesta a los malagueños un millón de euros al año

Un millón de euros desembolsa cada año el Ayuntamiento de Málaga para eliminar las pintadas y los grafitis realizados en fachadas y edificios públicos. Un gasto nada desdeñable que explica por qué la Policía Local ha reforzado en los últimos meses sus operativos de vigilancia para pillar infraganti a algunos de los artistas callejeros que hacen estragos en los barrios. De momento, no han dado caza a ninguno. Los agentes siguen al acecho de uno de los más populares, Fenómeno Libra, que no solamente presume de sus actos en las redes sociales sino que afirma escribir sus frases de amor por toda la ciudad para hacer sonreír a sus seguidores. «Es una auténtica barbaridad el gasto en eliminar pintadas, de ahí la necesidad de concienciar del daño que hace el vandalismo a la ciudadanía «, lamenta el director de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Luis Medina-Montoya. 

Según explica, las tareas de limpieza entrañan una dificultad importante y requieren mucho tiempo. Así, dependiendo del tipo de superficie los grafitis se pueden eliminar con agua a presión, aplicando disolventes o repintando la zona en cuestión, como se hace por ejemplo en los muros de los centros escolares. «Son servicios que requieren dedicación y la hora de trabajo ronda los 38 euros incluyendo mano de obra y materiales de limpieza», aclara. 

El responsable municipal destaca que la peor parte se la llevan Carretera de Cádiz y Cruz de Humilladero, los dos distritos más poblados, y el Centro, donde se han multiplicado los grafitis. «No son únicamente pintadas en sitios visibles, sino garabatos y formas varias en todo tipo de superficies y mobiliario urbano. Es importante que las personas que cometen estos actos poco cívicos sepan el castigo al que se exponen», advierte Medina-Montoya.

La ordenanza de convivencia ciudadana contempla una sanción mínima de 250 euros para toda persona pillada infraganti realizando pintadas sobre una fachada pública. Se considera falta leve, pero la multa se incrementa si el individuo actúa sobre el mobiliario urbano, señales de tráfico, elementos de parques y jardines, marquesinas de autobús. En estos supuestos, la sanción oscila entre 500 y 750 euros al ser falta grave. Por último, si la pintada se realiza en un edificio protegido, los vándalos se exponen a multas de entre 1.500 y 3.000 euros, además del proceso judicial.

Medina-Montoya recuerda que ese millón de euros solo elimina las pintadas en las fachadas públicas, «a lo que habría que sumar lo que gastan en estos trabajos los edificios privados, en ese caso asumidos por las comunidades de vecinos». Desde el Ayuntamiento señalan que gran parte de estos destrozos se realizan en fechas de climatología favorable, especialmente en verano y primavera.

Fuente: DiarioSur.es

Comentarios