10 tips para ser más organizados

El desorden es un estado natural de orden, aunque éste podría llegar a marcar un verdadero estado de confusión y tensión en nuestras propias vidas.

La mayoría de las ocasiones, el desorden es una conducta aprendida, la cual, la aprendemos en primer lugar, y luego la seguimos manteniendo por asociación. No en vano, para algunas personas puede ser positiva, como el dramaturgo inglés Thomas Middleton cuando dijo que “una de las ventajas de ser desordenado es que uno está continuamente haciendo nuevos y excitantes descubrimientos“.

Sin embargo, para otras, esta actitud puede llegar a ser perjudicial si las consecuencias que conlleva son dificultar y retrasar nuestras tareas y obligaciones, impidiendo así desarrollar nuestra vida diaria con plena normalidad.

Para evitarlo, o, al menos, tratar de ser menos desordenados, existen un total de 10 tips que nos podrían ayudar. Pues si bien podemos estar acostumbrados a ello, siempre el buscar cosas necesarias que no encontramos, nos quita un tiempo muy valioso a destinar en otras tareas más importantes:
  1. Con todo lo que tengas, sería buena idea comenzar a definir un lugar para cada cosa, incluso pudiendo etiquetarlas, de tal manera que se nos hará más fácil recordar luego donde lo hemos dejado. Después, cuando lo hayas utilizado, colocarla nuevamente en el lugar previamente designado. 
  2. Si tanto tu vida, como tu hogar y tu lugar de trabajo, los tienes realmente desordenados, lo menos que podemos hacer en estos casos -al darnos cuenta- es el de estresarnos pensando qué podemos hacer y hacerlo en sí todo deprisa, porque nos agobiaremos. Lo mejor en estos casos es empezar poco a poco, comenzando con una pequeña porción, e ir colocando todo en su sitio, detenidamente y con cierta tranquilidad.
  3. Crear rutinas, aunque se pueda llegar a pensar lo contrario, es una de las mejores maneras para ser más organizados, haciendo de una rutina un hábito, y de esta forma mantener más en orden lo que hacemos y nuestra vida, hasta que el desorden desaparezca.
  4. Limpiar a medida que progresamos es otra buena opción, y un gran hábito. Por ejemplo, si hemos ensuciado unos platos al comer, lavarlos de inmediato, evitando así que se amontonen, o limpiar el baño cada vez que sea ensuciado.
  5. Utiliza un documento o alguna nota para mantener en orden el listado de cosas que usamos habitualmente, y el lugar donde lo encontraremos.
  6. Cuando utilicemos algo, sea lo que sea, muchas son las personas que lo colocan en un determinado lugar, pensando que luego será más cómodo llevarlo a su zona original. Empero, en este caso la recomendación es hacerlo al instante, evitando dejar para después lo que en realidad deberíamos hacer en ese instante, pues luego no nos olvidaremos de ello.
  7. En lugar de tener papeles, facturas, o documentos por todas partes, una buena opción es la de tener un archivador, o una cajonera que nos sirva para ir almacenando la documentación en carpetas. La denominada como “bandeja de entrada” es una de las mejores, colocándola preferentemente en nuestro escritorio o lugar de trabajo.
    Evitaremos con esto que los papeles se vayan amontonando poco a poco en nuestra mesa, hasta que la convirtamos en un verdadero caos.
  8. Si tu sistema de archivos es demasiado complicado, tener a mano una lista de registro puede llegar a ser muy útil, en especial cuando no lo utilizamos precisamente por no habernos parado antes a organizarlo detenidamente.
  9. Un calendario es otra opción muy buena, para incluir tareas importantes pendientes, cuestiones diversas personales, aquello que tengamos que hacer en un futuro… es muy útil si lo usamos con toda la familia.
  10. Al igual que cualquier persona, seguro que tienes una larga lista de tareas pendientes por hacer. Incluirlas en un sencillo sistema de organización nos ayudará no sólo a no olvidarnos, sino a llevarlas a cabo de una manera simple y organizada.
Fuente: Depsicologia.com

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