La amenaza de una posible huelga en el servicio de limpieza de Málaga (Limasa)
reaparece apenas siete meses después del último amago de paro,
convocado para Semana Santa y desactivado en el último minuto. Las
negociaciones entre Limasa, participada en un 49% por el Ayuntamiento
(el resto está en manos de tres socios privados), y los representantes
sindicales sobre las condiciones laborales para 2014 están estancadas y
la empresa comunicó este jueves su intención de aplicar un expediente de
regulación temporal de empleo (ERTE) a partir del 1 de enero. El
concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, no quiso desvelar la propuesta
que se pondrá sobre la mesa y remitió al periodo de consultas que se
abre ahora. Los trabajadores celebrarán una asamblea el próximo lunes y
el presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte, no descartó la posibilidad de una huelga.
Limasa cuenta con un presupuesto para 2014 de 86 millones de euros y
persigue ajustes que le permitan ahorrar seis millones. La cifra se
eleva hasta los 7,1 millones si se suman los recortes para cuadrar las
cuentas del actual ejercicio. El ERTE se justifica en “causas
productivas y organizativas” y lo único que se sabe ahora oficialmente
es que la suspensión oscilaría entre los cuatro y los ocho meses
(excluido el verano) y sería rotatorio entre la plantilla fija, formada
por 1.250 empleados. Actualmente hay unos 150 contratos temporales, que
varían a lo largo del año.
El concejal de Medio Ambiente abogó por continuar con las
negociaciones para lograr un acuerdo. Belmonte se mostró dispuesto a
buscar un pacto, aunque censuró que los contactos se vayan a producir
con “la presión” del expediente y advirtió de que los trabajadores “no
cederán”. De momento, las 24 reuniones celebradas en los últimos meses
para negociar el convenio de 2014 no han servido de nada y los
representantes sindicales han rehusado todas las propuestas de ahorro.
Además de congelar los salarios en 2014, Limasa ha planteado eliminar
la paga de productividad (unos 868 euros) y reducir un 15% el plus de
actividad (40 euros menos al mes para el grueso de la plantilla, 80
euros para los cargos intermedios y 160 para directivos). La empresa
también quiere aumentar la jornada laboral de 35 a 37,5 horas semanales,
variar los turnos de descanso y que las vacaciones se disfruten durante
todo el año, no sólo en verano.
“Estamos dispuestos a negociar, pero no todos los sacrificios van a
ser a costa de los trabajadores”, apuntó Belmonte. Criticó que aunque la
empresa haya renunciado a sus beneficios en los dos últimos años y esté
dispuesta a hacerlo en 2014 (unos 500.000 euros por ejercicio), ya
obtiene rentabilidad con la asistencia técnica.
Una de las alternativas que ofrece la plantilla es municipalizar el
servicio, debate que surge en cada conflicto y que siempre descarta el
gobierno local. “Entre el IVA y los beneficios de la empresa se podrían
ahorrar 12 millones de euros”, estimó Belmonte. El comité de empresa
también aboga por extender a 2014 el laudo arbitral (regula las
vacaciones y los días de descanso) que se aplica este año y que ayudó a
frenar el paro en Semana Santa.
La negociación seria en Limasa arranca ahora. El alcalde, Francisco de la Torre,
justificó el ERTE en la imposibilidad de avanzar en la negociación para
reducir costes y consideró que no se da el escenario para medidas como
una posible huelga. “La vinculación laboral no se rompe, la estabilidad
de la plantilla está garantizada”, concluyó.
Fuente: Elpais.com
Artículo original: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/10/31/andalucia/1383240212_077416.html
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