Con la llegada del otoño, las labores de limpieza dejan de
estar centradas en las playas y los paseos marítimos de la capital, para
poner el foco en otras zonas de la ciudad que lo requieren más, como las plazas o los centros escolares.
«Nos adaptamos a las características propias de estos
meses», ha afirmado el edil municipal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez,
quien ha desglosado una serie de medidas para mantener Málaga en las mejores condiciones a tenor de las necesidades propias de la nueva estación.
Limasa realizará una labor de barrido en las 78 plazas de la ciudad más transitadas,
que llevarán a cabo por las tardes seis equipos formados por un
operario y un vehículo auxiliar. Además, intensificará el barrido mixto
con sopladora para retirar las hojas de los árboles caídas en la vía pública, al cual va a destinar por las mañanas dos equipos compuestos cada uno por una barredora de calzada y seis operarios.
En cuanto al baldeo manual mecanizado, se centrará especialmente en los centros escolares del municipio, donde los sábados por la mañana trabajarán cinco autobaldeadoras y 15 operarios para dejarlos en condiciones óptimas.
Otras medidas serán el aseo del entorno de los contenedores de basura mediante hidrolimpiadores; el refuerzo de la recolección de residuos en los polígonos en los meses clave de noviembre y diciembre; y la limpieza exhaustiva de las playas con una máquina despedregadora.
Reordenar la plantilla
Para poder hacer frente a todas estas actuaciones, Limasa ha reordenado el trabajo de su plantilla,
gracias a lo cual una media de 716 operarios trabajará de lunes a
sábado. Se trata de una cifra inferior a la del verano, época en la que
ejercían labores de limpieza y recogida en torno a 890 personas, aunque
sólo entre semana, lo que obligaba a la empresa a contratar a 200
eventuales para cubrir los fines de semana.
Sin embargo, con esta reorganización no hará falta aumentar el presupuesto
ni recurrir a personal extra, puesto que los domingos estarán también
cubiertos con los llamados «domingueros», que son 78 en total.
«Se ha reordenado el trabajo sin que se pierda ninguna jornada de servicio
respecto al verano, incluso la cifra de jornadas semanales en invierno
es ligeramente superior», ha afirmado el edil de Medio Ambiente.
En este punto, ha aclarado que la empresa se adapta así a los preceptos impuestos por el laudo
dictado el pasado mes de marzo por el SERCLA, que fijaba una nueva
ordenación de los descansos y las vacaciones de los 1.070 operarios en
nómina. Sin embargo, esta estructura organizativa se mantendrá mientras
esté vigente el laudo, que expira el próximo 31 de diciembre, a al
espera de alcanzar un acuerdo con los trabajadores sobre la reducción de
6 millones de euros prevista en el presupuesto de Limasa para 2014.
La negociación sigue adelante
«Seguimos trabajando en la negociación y hemos dado algunos pasos de avance»,
ha comentado Raúl Jiménez, quien volverá a sentarse el viernes con el
comité de empresa. En cualquier caso, ha hecho hincapié en que «si se le
exige un sacrificio al trabajador, también a la empresa».
Al respecto, el edil ha indicado que el beneficio de los
dos últimos ejercicios ha sido cero y que el acumulado desde que se
cediera el 51% de la propiedad a la concesionaria (formada por FCC,
Urbaser y Sando) hace unos 11 años ha sido de unos seis millones de euros.
Jiménez ha sentenciado que esta cifra contrasta con los 51
millones que la portavoz del grupo municipal socialista, María Gámez,
estima que la parte privada de la empresa ha ganado entre 2007 y 2012.
«No lo entiendo, porque Gámez forma parte del consejo de administración y conoce los datos», ha finalizado.
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