El jardín, alternativa para los jubilados

«Me gustaría que vieras cómo llegaron estos pajaritos, que estaban malos y mira cómo están», cuenta Rafael Rosa, que señala las ocho jaulas, colocadas en postes de madera, que conforman la banda sonora diaria del Jardín del Carril de Gamarra. Los pájaros, cuenta este vecino de Nueva Málaga, vienen de una pajarería del barrio a punto de cerrar.

Rafael está rodeado de plantas de tomillo, romero, costillas de Adán, stevias, lirios, margaritas y hasta calabacines, un vergel salido de sus manos en la esquina de Martínez Maldonado con la calle Juanita Reina, frente al Parque del Norte. Como ya informó La Opinión en mayo, se trata de una parcela sin uso y en muy mal estado cedida por el Ayuntamiento que además del espectacular cambio, ahora sirve de distracción a muchos de los usuarios del Hogar del Jubilado de Unicaja en Nueva Málaga, cerrado hace unos meses.
 «Como cerraron el hogar del jubilado, venimos aquí», cuenta Diego Jiménez. A su lado está Antonio Rasero, de Cañete la Real y vecino del barrio desde 1971. Antonio todavía recuerda la hondonada que había en estos mismos terrenos y que provocó que en 1989, por las inundaciones en el Arroyo del Cuarto, «aquí se ahogaron 10 o 12 bestias porque había al lado del arroyo unas caballerizas».

Nada queda de ese triste pasado. En cuanto se abre el jardín por la mañana, los jubilados, con puntualidad británica, se sientan en mesas que ha puesto Rafael «y se ponen a jugar a las cartas, al dominó... otros a tomar el sol... ya me gustaría a mí, cuando sea mayor, que alguien tuviera un rinconcito como este», plantea.
A este vecino y jardinero ejemplar le llama la atención el que este cuidado jardincito concite más atención entre los jubilados que el Parque del Norte, que está al cruzar la calle. «Yo creo que es porque se encuentran más a gusto, aquí están además más protegidos», señala.

Jugando al dominó está Antonio González, que cuenta que el jardín «es estupendo y el encargado, mejor todavía». A su lado, concentrado con las fichas, está José Gallardo, que cree que tras el cierre del hogar del jubilado, «esto es un escape muy bueno y nos entretenemos».

Una mujer entra para pedir un tiesto de plástico para su hija, porque el que tiene se ha quedado pequeño, «y la planta se puede pudrir». Rafael se lo da sin problemas. Acaba de llegar Juanma Villanúa, que nada más terminar su trabajo de panadero (sin parar durante toda la noche), acude a echar una mano a Rafael Rosa, aunque precisa que «yo sólo le echo una mano, el tirón gordo es de él». De hecho, Rafael suele pasar entre 8 y 10 horas al día trabajando en el jardín. De baja laboral, bromea cuando dice que «mi mujer, me va a pedir el divorcio» por el mucho tiempo que dedica a esta zona verde.
A comienzo de semana el distrito de Bailén-Miraflores instaló en un lateral del jardín una pista de petanca homologada. «Las traviesas del tren que se han colocado son de 1957», comenta Rafael Rosa, que quiere dar las gracias al distrito por la pista.
Diego Jiménez tiene además una petición para el Ayuntamiento, sobre todo por el número de personas mayores que lo frecuentan: «Me gustaría que pusieran un servicio portátil».

La concejala del distrito, Elisa Pérez de Siles, dijo ayer estar «muy orgullosa» de este jardín, «porque genera convivencia». La concejala recordó que el jardín nació de la mano de la asociación Arrabal y el banco del tiempo, que hicieron el proyecto de jardín de la mano de técnicos municipales.

«El jardín lo gestionan voluntarios pero les intentamos dar todo lo que nos piden, como semillas y plantas», además de la pista de petanca, explica Elisa Pérez de Siles, que ayer aseguró que estudiará la petición de un servicio portátil para los usuarios del jardín. En Nueva Málaga una parcela baldía es hoy un jardín con flores y pájaros.
 



Fuente: laopiniondemalaga.es
Artículo original: http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2013/12/05/jardin-alternativa-jubilados/636944.html

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