Cuando llega el verano, la piscina se convierte en un lugar
de encuentro y reunión donde nos situamos principalmente alrededor de la zona
de baño colectiva.
Muchas veces no somos conscientes del riesgo que conlleva a
nivel sanitario el uso de piscinas, si las instalaciones no reúnen las
condiciones sanitarias adecuadas y el agua no se encuentra sometida a todos los
procesos necesarios para su depuración. Todos los productos químicos necesarios
para el perfecto estado del agua deben estar debidamente homologados por
Sanidad.
El papel del personal técnico para los trabajos de
depuración y filtración encargados del mantenimiento de piscinas es fundamental
para garantizar la calidad del agua y del resto de instalaciones.
La dureza del agua, el pH, la alcalinidad… son algunas de
los elementos a tener en cuenta para evitar la contaminación del agua de su
piscina, como bacterias, virus, hongos, algas…
El uso de las duchas antes de cada inmersión en la piscina
es imprescindible para disminuir la carga contaminante aportada por cada
bañista.
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